Podría ser una tarde cualquiera de inicio de otoño, de esas de terraza y birras con los colegas, pero en la sala Penélope nos esperan cien cañones por banda y un velero bergantín. Tierra Santa ha hecho del clásico de Espronceda su mayor éxito y un suspiro de alivio y aceptación recorre las primeras filas cuando la organización de la sala coloca el setlist en el suelo del escenario. Mucho viejo éxito para un grupo que ya tiene su tradición y su público entre los amantes del Power Metal y del Heavy Metal.
Ha llovido mucho desde que publicaran su primer trabajo, Medieval, en 1998, y eso se nota entre los asistentes: viejos heavys de melena blanca, familias enteras con niñas que no pasan de los 12 y corean religiosamente cada letra, adolescentes imberbes, treintañeras que hemos crecido con su épica. A pesar de pausas y cambios entre los miembros del grupo, los fieles se han mantenido ahí y muchos se han ido sumando.
Tierra Santa venía dispuesto a ofrecernos un concierto de grandes éxitos, fruto de su último disco recopilatorio Esencia (2014), canciones que llevamos escuchando décadas y que nos recuerdan tantos buenos momentos.
Con "Tierra de Leyenda" y "Sangre de Reyes" los riojanos intentaron ganarse al público desde el principio, dejando que los fieles cantasen los estribillos, correctos en el sonido y con mucho vuelo de melena por parte de Ángel San Juan. Sin embargo, son las primera notas de "Indomable" las que desatan el entusiasmo de toda la sala que a partir de entonces se muestra entregadísima y comienza a corear “¡Tierra Santa, Tierra Santa!” al final de las canciones.
Son los temazos de toda la vida como "La Leyenda del Holandés" o "La Sombra de la Bestia" (con una intro apoteósica) los que nos regalan los mejores momentos, tanto de la banda como del público.
En un concierto con algunos altibajos de voz y sonido, el mejor modo de medir el entusiasmo son los juegos malabares del batería, David Carrica, con sus baquetas, más espectaculares cuando más arriba está el ambiente.
Las letras de Tierra Santa, llenas de referencias históricas y sentimientos que aturden los sentidos, son capaces de emocionar a un público claramente seguidor. Esto salvó en algunos momentos la actuación de un grupo que en el aparato técnico estuvo bastante aceptable, con un sonido muy parecido al de estudio y donde los solos de guitarra se apreciaron francamente bien.
Llevamos ya más de la mitad del concierto y el entusiasmo del público decae en algunos momentos. Nada mejor que el precioso inicio, lleno de ritmos árabes, de "La Momia" para enganchar de nuevo a una sala que, aunque no está llena, presenta un buen aforo. Desde entonces y hasta el final, músicos y asistentes mantienen el fervor: gritos, palmadas, botes, petición de bises...
Todo en el ambiente de buen rollo que caracteriza la noche y que culmina de forma apoteósica, “sin hacerse de rogar” en palabras del propio cantante, con "Legendario" y "La Canción del Pirata". El clímax perfecto para un buen sábado de Heavy de final de verano.
Texto: Cristina de la Escosura, Elena Duce
Fotos: Elena Duce
Álbum completo en Flickr.
Promotora: Damask Events
SETLIST: Tierra de leyenda / Sangre de reyes / Apocalipsis / Indomable / Séptima estrella / El azote de dios / La leyenda del holandés / La sombra de la bestia / Otelo / Juana de Arco / Pegaso / David y el gigante / La momia / Nerón / Una juventud perdida / Alas de fuego / El canto de las sirenas / El bastón del diablo / Legendario / La canción del pirata
