De fiesta con Rockbender

El sábado 3 regresamos a la Sala Barracudas para ver a los valencianos Rockbender, quienes presentan en Madrid su primer álbum de estudio, Sube el volumen (2015), de la mano de la discográfica The Fish Factory. De nuevo, volvía a un concierto de una banda de la que apenas había escuchado nada y, nuevamente, salí encantado.

Después de una breve espera acompañada de las cervezas de rigor, comienza a sonar la adaptación que se hizo de la “Marcha del Coronel Bogey” para la tercera parte cinematográfica de Los Mercenarios. Tras esta intro musical aparece en escena el grupo, que se marca dos temas de seguido sin descanso antes de presentarse.

La sala aún no está muy llena pero eso no impide que se entreguen y lo den todo, logrando hacer que los allí presentes correspondan de igual modo. El sonido no tiene ninguna pega, no hay ningún tipo de chisporroteo y todo suena compensado.

El concierto se convierte en un espectáculo que va a más con cada canción. Cuando tocan “TNT” de AC/DC (la influencia es más que evidente), Abel Gallego nos acerca el micro para que la cantemos con él y así, acto seguido, bajarse del escenario y terminar de cantarla junto al público.

El espectáculo continúa y tras “Vivo en Libertad” todos los integrantes del grupo abandonan el escenario, todos salvo Carlos Martínez, que se marca un espectacular solo de batería que sirve de preámbulo al punto álgido de la actuación. Deja de ser un concierto para convertirse en una fiesta.

Comienza “Llena mi Jarra” con un brindis por el Rock n Roll para dar paso a una escalada de juerga que parece no tener fin. Empieza la canción y se lanza al aire un fajo de billetes de 1 Rock n Roll de Rockbender, a imitación de los dólares americanos.

En mitad del tema, Abel aparece con una botella de Jack Daniels, el tónico reconstituyente de los rockeros (y si no, que se lo digan a Lemmy) y da de beber a todos los integrantes del grupo. Después de esta ronda de ”chupitos” llega el momento party hard, en el que la banda nos hizo partícipes de su fiesta. Abel ofreció más ‘Jacky’ a los que allí estábamos a condición de gritar por el micro “¡LLENA MI JARRA!”.

Y la fiesta no termina ahí. En el siguiente tema, “Nice Boys”, el guitarra solista Alberto Gimeno se sube a hombros de Abel y éste se lo lleva de paseo por la sala, mientras continúa tocando. A estas alturas de partido llevaban ya nueve canciones y aún les quedaba cuerda para un rato más.

Justo al final, antes de comenzar “Dame Rock n Roll”, Alberto ejecuta un solo en el que va enlazando una serie de riffs en los que se reconocen acordes de “Cat Scratch Fever”, “Highway to Hell”, “The Number of the Beast” y “Smoke on the Water”, para acto seguido bajarse del escenario y marcharse nuevamente a tocar por todo el local.

Fue un grandioso espectáculo, nos lo pasamos como enanos y, particularmente, me quedé con ganas de más. Mi consejo es el siguiente: si tenéis la oportunidad de verlos, hacedlo sin dudar. Disfrutaréis una barbaridad.