Haciendo memoria sobre el panorama rock actual y emergente, sin profundizar más allá de la “corteza comercial” que este gran género musical nos ha dado, a bote pronto, vienen a la cabeza bandas como The Fratellis o Arctic Monkeys. Estas bandas, aparte de una música monótona y repetitiva, han creado una ola de jóvenes imitadores.
Ésta fue la primera impresión que tuvimos al comenzar a escuchar The Greasy Slicks, un grupo joven con acento inglés cuyo cantante trata de parecer dulce ante el micrófono y su guitarrista está tan cómodo en la escala pentatónica que no sale de ella. Pero lo cierto es que el ruido del directo les sienta genial a los británicos.
En la pequeña pero acogedora sala que dispone el Hard Rock Café de Madrid, encontramos un escaso público deseando conocer qué podía ofrecer el trío del sur de Inglaterra que recala en nuestro país por primera vez. “Hawks” (segundo single de su LP debut) fue la escogida para abrir el recital. Esta canción sirve para hacernos una idea rápida de lo que la banda puede ofrecer, con unos riffs de guitarra muy propios del grunge y una potente voz por parte de Jack Kendrew. Por su parte, Nathan Rasdall, el bajista incapaz de quedarse quieto por un instante, compenetraba el bajo respondiendo a los riffs de seis cuerdas. Por último, Rian O´Grady, el incansable batería que compensaba la fuerza de Jack con una voz más aguda y suave.
A ésta la siguieron “Eyes Wide Black” y “Willows” que siguieron la misma linea. En tercer lugar, para nuestra sorpresa “Don´t Shake My Hand” fue todo un blues que logró llamar la atención y consiguieron con ella ganarse el respeto de los espectadores.
O´Grady presume de pulmones en este blues, dejando en segundo plano la batería y el bajo con un ritmo lento, tímido y abriendo la pista para los solos de Kendrew a la guitarra, plagados de ligados y de vibratos en los que hasta el mismo barman de la sala aprovechó para grabar con su móvil. En “Thrill Manipulator” mostraron la compenetración tanto de las dos voces como de la banda en conjunto. Una canción llena de parones y silencios para entrar con la “contra”.
Tras dejar bien alto el listón, “Street Queen” alcanzó el aburrimiento en su parecido con Arctic Monkeys, a lo que “Until Dawn”, junto con “Barefoot”, no fueron tampoco una excepción. “Messing With My Head” volvió a atrapar a los presentes con un toque más rockero y acordes abiertos de guitarra, lo cual hace que reconsideremos nuestra primera impresión hacia The Greasy Slicks.
No se pueden comparar musicalmente a The Beatles pero, debajo de esa camisa de marca, la banda derrocha carácter y mala leche -al igual que ocurría con los cuatro de Liverpool en sus comienzos, cuando llamaban maricón a John Lennon y éste se bajaba del escenario para partirle la cara al que se atreviese y más tarde regresar a tocar como si nada hubiera sucedido-.
Para terminar cerraron con “Ratatouille Papadum”, dejando un buen sabor de boca con otro gran blues del que se podía disfrutar de unos arpegios junto a un bajo con más peso en la canción. Hemos disfrutado de una banda en ciernes dispuesta a ofrecer mucho y con la tarea pendiente de pulir y ampliar sus repertorio, su juventud les depara una prometedora carrera musical. Estamos deseando ver de qué son capaces con una sala repleta de fans cantando a coro las letras de sus blues.
Texto: Félix Kilmister Fotos: Víctor Granados
Álbum completo en Flickr
SETLIST: Hawks Beggars
Eyes Wide Black
Willows
Don´t Shake My Hand
Thrill, Manipulator
Street Queen
Until Dawn
Barefoot
Messing with my Head
Ratatouille Papadum
