Derroche desde la pasión

Homenaje a André Matos/Angra

Sábado 20 de Julio, 2019. Sala WeRock, Madrid.

Acontecimientos como el del pasado sábado en la sala We Rock, ponen en valor la escena del metal y la envergadura de los músicos que tenemos en este país, que desde la vertiente underground, entiéndase que no son grupos "mainstream", y con un trabajo en la sombra de pico y pala, pico y pala, fueron capaces de ofrecernos una noche para el recuerdo, que además sirvió para realzar la grandeza de unas composiciones, interpretadas por músicos muy implicados y con un interesante bagaje a sus espaldas.

Desde que el pasado sábado 8 de julio se confirmara el fallecimiento del compositor, productor y vocalista brasileño Andre Coelho Matos, una gran consternación sacudió todos los estamentos de la comunidad metálica internacional. El que fuera cantante de Angra, Shaman, Symfonia, Viper y colaborador con Avantasia, marcó a muchos seguidores y músicos de varias generaciones, cautivándoles e impregnándoles con unas canciones y una voz, que serán imperecederas, intemporales, y que perdurarán como gran legado de su obra.

Desde nuestro país y gracias a la iniciativa y al enorme trabajo del cantante y guitarrista José Garrido (Arwen), el bajista Daniel Melián (Arwen), ambos responsables de los estudios New Life, y el batería Nacho Arriaga (Arwen, Monterrey), surgió la idea de rendirle un homenaje. Para ello contaron con músicos muy representativos de la escena power metalera madrileña y con alguna inclusión de otra comunidad, como las del guitarrista y el vocalista de los guipuzcoanos Krait, Emilio Bodón y Rubén Miranda respectivamente, que no dudaron un minuto en sumarse a la iniciativa.

La lista de músicos, además de los citados anteriormente, fue muy generosa y abundante, y espero no dejarme ninguno fuera. Los vocalista que salieron a escena fueron David Rock (ex Third Dim3nsion), José Garrido (Arwen) también como guitarrista, Juan Luis Aragonés (Karelian), César Yepes (Darkblazers), Nacho Ruiz (ex Santelmo, ex Arwen), Javier Vega (Beyond) y Mamen Castaño (ex Arwen). Los guitarristas fueron Vasco Durán (Rancor), David Villareal (Coffeinne), Alex Skorza (Silver Fist), Miguel Rocha (ex Gauntlet), David Rubio (Time Symmetry, ex Arwen), Daniel Martínez (Phoenix Rising, Hiranya), Emilio Bodón (Krait), Daniel Millán (Juggernaut, ex Gauntlet), Sergio (Beyond), Javier Oliva (Beethoven R), Miguel Coello (Agresiva), Ángel Fernández (Darkblazers), Johnny W. (Hiranya). El puesto de bajista lo ocuparon Luisma Hernández (Obús, Soldurios), Daniel Melián (Arwen), Carlos Hernández (Time Symmetry), Manel Avrillon (Darkblazers), Jorge Serrano (Rancor). Respecto a los teclistas contaron con el omnipresente Ismael Filthó (Silver Fist), Laura González, Clara Gallego, Elena Alonso (Lethargus) y Roberto Peña de Camús (ex Arwen, ex Dark Moor). Y en apartado de batacas, intervinieron Jorge Sáez (Rancor), Roberto Cappa (Dark Moor), Alejandro "Ando" Martínez (Time Symmetry), Carlos Vivas (Phoenix Rising, Hiranya), Fernando "Fer" (Beyond) y Nacho Arriaga (Arwen, Monterrey).

Como maestro de ceremonias tuvimos a nuestro querido compañero y amigo David Collados, un auténtico militante y apasionado de nuestra escena nacional, que amenizó e intervino entre los cambios de músicos, que se hicieron de forma muy ágil y fluida. Contamos también con los agradecimientos y saludos a través de la pantalla de vídeo, de Paulo Barón, ex manager de Angra, y actualmente de Avalanch, además del guitarrista y bajista de Angra, Rafael Bittencourt y Luis Mariutti respectivamente.

En resumen, tres horas de actuación con un increíble repertorio de todas las épocas de Angra, con canciones como "Angels Cry", "Evil Warning", "Nothing To Say", "Carolina IV", o "Carry On", incluyendo además un tema de Shaman como "Pride" y otro de la primera banda de Matos llamada Viper como fue "Living For The Night". Los músicos se mostraron en perfecta confraternización, y disfrutaron a la hora de transmitirnos, lo que ha significado la música de Matos y sus proyectos musicales. Y lo más sorprendente, que nos da la verdadera medida de estos intérpretes, es que contaron con un sólo ensayo para preparar un repertorio tan exigente. Salvo un pequeño incidente con la luz, el sonido fue bastante notable, la transición entre los músicos fue muy bien resuelta, y todo ayudó para que fuera una gran fiesta.

Un concierto inolvidable en una noche especial, con gran presencia de público, muchos músicos entre ellos, y que tenía otra cara más triste, como la de ser el último evento musical que se iba a celebrar en la sala We Rock, que ponía fin a esta segunda etapa y que echaremos de menos más adelante. Por habernos hecho partícipes de este bonito y sentido homenaje, ¡¡sombrerazo amigos!!