El pasado 29 de noviembre —para satisfacción de los que creemos que un buen concierto en vivo es la mejor forma de hacer los honores a un disco— los incombustibles Coz nos protegieron de una gélida noche, haciéndonos entrar en calor con su música y los invitados de honor. Un menú completo dentro de La Cocina, sala que bien podría dar también su nombre a la miscelánea musical que disfrutamos en su interior.
COZ.
Viernes 29 de noviembre, 2019. La Cocina Rock Bar, Madrid.
En este previo de entusiasmo ante lo que estaba por acontecer, recibimos la presentación cara a cara de Suite del Diablo 2.0, título con el cual la banda, que allá por 1982 grabó en Londres —en el estudio del mismísimo Ian Gillan— un disco que hizo historia, Duro, nos presentaba 37 años más tarde su nuevo álbum, quién sabe si con la misma intención.
La actual formación de Coz compuesta por Juan Márquez a la cabeza, como frontman y bajo, Miguel Ángel López Escámez y Daniel Moreno a las guitarras, Juan Carlos Redondo “Snoopy” a los teclados, y Luis Garcés a la batería, poco tiene que ver con la legendaria formación que publicó en 1980 el álbum Más sexy pero, dirigidos por la misma batuta, desgranaron un set con la ayuda de músicos de igual talla. Nos llevó de los viejos a los nuevos temas en un rocanrolero paseo por el tiempo, haciéndonos retroceder de siglo con tan sólo un cambio de canción, manteniendo el mismo sonido potente y cañero que no ha perdido esa amabilidad sonora que siempre los ha caracterizado.
Como tantas veces hemos podido comprobar (y una vez más corroboramos), la camaradería entre los músicos de nuestro rock nacional es una evidencia que se plasma en el escenario. Y no fue menos en el evento que nos ocupa, ya que “los Coz” no estuvieron solos en su brillante presentación de disco, sino arropados tanto en los viejos como en los nuevos temas por un elenco de colegas de profesión que lo dieron todo encima del escenario. Una explosión de energía y entrega que hizo vibrar a sus admiradores con un repertorio cuidadosamente elegido.
La noche empezó con “Abran fuego, hagan juego”, marcada por un sonido concentrado y un Luis Garcés (ex Viga) que no dejó indiferente a nadie, golpeando sus baquetas con fuerza mientras marcaba la pauta la voz siempre cálida de Márquez. Un clásico acompasado y bien elegido para romper el hielo con el mensaje y la fuerza del mismo, comenzando de inmediato a animar con su letra pacifista a un público con ganas desde el comienzo de unirse en coros a las voces del grupo. “Alas de cera”, perteneciente al nuevo disco, nos descubrió lo que nos depara ese nuevo trabajo y comprobamos que, la potencia bien manejada de una buena base rítmica de bajo y batería unida con la no menos potente a la vez que elegante guitarra de Daniel Moreno, nos iban a regalar momentos de técnica y calidad dentro de esta “diabólica suite”. Una obra en forma de CD cargada de melodías brillantes que ponen de relieve una armonía de la que debería hacer gala, en este caso Dani Moreno, como sello de identidad.
Continúa el espectáculo con “Juega para ganar”, que siempre nos deja ese sabor a himno y coraje que los músicos demostraron en el escenario en un arranque con garra, mezclando por igual instrumentos con voz, sin protagonismos ni excesos en los riffs, y poniendo todos ellos al servicio del grupo. Sin ambages ni titubeos, potenciaron el sonido que parece ser la bandera de la actual formación. “Bate de Béisbol” arrancó con un “solo de cuerdas” de López Escámez, muy ovacionado por los presentes y dejando claro lo que intuíamos desde el principio: que la noche solo acababa de comenzar. El poderoso guitarrista de Cartagena demostró escuela y buen gusto (avalado por su pasado en bandas como Morgana o Mr. Rock), además de poner de manifiesto estilo propio que también corrobora su trabajo en solitario, publicado antes de ingresar en Coz.
Con “Anda suelto Satanás” subió a escena Miguel Oñate como primer invitado y, con el permiso de Aute, interpretó junto con Márquez el tema más coreado de la noche. Con la complicidad que Oñate imprime en todas sus actuaciones, sin dejar de aportar voz y legado en cada una de las letras, ya sean propias o ajenas, y que nos recordó a otros viejos rockeros como Rosendo, con el que también contaron en este tema en alguno de sus conciertos.
Llegamos a uno de los puntos álgidos de la noche, con el gran Isaac Palón sobre las tablas con el inmortal “Más sexy”. Un derroche sin control de voz, con garra y carisma, que entró en competición con la interpretación de un público entregado e imparable todos a una. Las luces, la sala, la banda y el elegante saxo de Ana Sánchez, pusieron a siete músicos en escena sin ánimo de dejar de tocar y a un respetable enfrente deseando que nadie cese. Es de justicia referirnos especialmente a este versátil y joven invitado, que sigue imparable buscando nuevos sonidos y demostrando que su interés por la música no empieza ni termina en una única banda, pues Palón compaginó en su día el trabajo con Viga y Universa, siempre en disposición de crecer musicalmente, explorando diferentes estilos dentro de los parámetros del heavy o el rock melódico, y poniendo corazón y fuerza en sus cuerdas vocales.
Los invitados se iban cediendo el sitio sobre un escenario incapaz de enfriarse y que contó a continuación con la presencia de Juan Olmos. El cantante de Antigua interpretó “Electricidad”, aportando desgarro armónico sin dejar indiferente a ninguno de los presentes, como tampoco ocurrió lo propio cuando Carlos Pina, Olmo y Márquez nos deleitaron con otro corte del último disco, “África”. Al finalizar, Pina y el vocalista de Coz se quedaron para interpretar juntos “Versos Ocultos”, que el propio Carlos reconoció como uno de sus preferidos y vaya si lo demostró. Su voz grave sonó con más registro que nunca unida al toque “macarra” que le otorgó Márquez, junto con las seis cuerdas de Moreno y Escámez, para redondear, en un derroche de buen gusto.
Siguiendo al trallazo anterior, apareció en escena Pancho Martín (ex Bella Bestia), encargado de cantar a dúo con el sempiterno Márquez otro tema del nuevo disco, “La Verja”. Comenzó con un riff lento que nos hizo pensar en lo que podría haber sido la primera balada de la noche, sensación que duró muy poco ya que enseguida las guitarras vibraron dando pie a la reconocible voz del ex Bella Bestia, apartado un tiempo de los escenarios pero en plena forma, cómodo y luciéndose incluso fuera de su estilo habitual.
Raúl Abad levantó al público aún más (si es que esto era posible) con “De mal en peor”, un rock’n’roll muy enrollado al que se sumó el aclamado Chino Banzai. Tras saludar a “Snoopy” Redondo (como ex compañeros que fueron en su día en la formación Banzai), Chino puso su carisma personal y vocal al servicio del macara “Te persigue un Cow-Boy”, demostrando aquí nuevamente la complicidad entre músicos, que la gente recibió con agrado y que hacen del espectáculo en directo algo tan grande y valioso.
Antes de los bises, Eduardo Pinilla se adueñó de un trío del repertorio acompañado por el saxo de Ana Sánchez, de nuevo en escena. Siendo ella la única representante femenina de la noche, dejó el listón muy alto en cuanto a interpretación musical, acompañando muy decidida los temas que se iban sucediendo. Rozando el final, Pinilla interpretó “Imagínate por qué”, sustituyendo a Escámez en la guitarra y marcando un comienzo a medio tiempo, lo que provocó el silencio respetuoso de toda la sala homenajeando, al igual que la propia letra del tema, a John Lennon.
Pinilla y Márquez prácticamente pusieron el punto y final a la noche con la imprescindible “Las chicas son guerreras”, temazo con el que la banda cedió gloria y micro al público que, ya en los primeros acordes, comenzó a levantar los brazos coreando la canción talismán de Coz. La canción dio un lugar de honor a que todas las chicas la cantasen como propia, dejando muy claro que los años la han rejuvenecido y la queda mucha vida aún. Ya en los bises, “Adiós Delgadita” homenajeó en está ocasión a Thin Lizzy, convirtiéndose el final del concierto en una despedida con corazón.
Setlist:
1. Abran fuego, hagan juego
2. Alas de cera
3. Juega a ganar
4. Bate de béisbol
5. Anda suelto Satanás (Miguel Oñate)
6. Más sexy (Isaac Palón)
7. Electricidad (Juan Olmos)
8. África (Carlos Pina/Juan Olmos)
9. Versos ocultos (Carlos Pina)
10. La verja (Pancho Martín)
11. De mal en peor (Raúl Abad)
12. Te persigue un cow-boy (Chino Banzai)
13. No, no dejo (Eduardo Pinilla)
14. Imagínate por qué (Eduardo Pinilla)
15. Las chicas son guerreras (Eduardo Pinilla)
Bises
16. Adiós delgadita
17. Route 66
18. Rock me, baby
Una larga noche cargada de buenas vibraciones que se nos hizo corta y que nos regaló, además de una gran generosidad de sentimientos, el lado más macarra de banda y público en perfecta comunión, la unión de voces e instrumentos en un escenario que nunca se enfrió. Nos quedamos con una sensación de recuerdo de los nunca olvidados años 80, pero con una ilusión igual o superior ante el futuro 2.0 que nos abre el nuevo trabajo de Coz, que conviene nos grabemos a fuego ya que promete emociones, calidad y elegancia. Hasta pronto amigos, enhorabuena y larga vida al rock and roll.
Texto: Montserrat Calvo.
Fotos: Miguel Ángel Príncipe.
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