Pölisong Lunes, 15 abril 2019. Würlitzer Ballroom, Madrid.
Influenciados por el sonido de los años 70, letras en inglés y un derroche de elegancia sobre el escenario, la formación gallega se asienta con fuerza en la escena rock nacional. Coincidiendo con el final de su gira de presentación de su disco “Soul Revolution”, PÖLISONG repartió carisma y buena música un Lunes cualquiera en la capital.
Originarios de Ferrol y sin otra pretensión que pasar un buen rato versionando clásicos de hace medio siglo, Otto, Diego, Juan y Berto llevan desde 2011 repartiendo caña por su tierra, así como en otros puntos de la península. Los últimos meses han estado presentando Soul Revolution (2019), su segundo álbum en su haber. Varias fueron las ciudades que precedieron a Madrid en su gira, tales como Barcelona, Zaragoza, Valladolid o Sevilla, siendo la capital la última parada de una provechosa gira donde dieron a conocer una excelente calidad al público hambriento de buen hard rock.
Tras una agradable tarde donde los gallegos atendieron a cada uno de los medios que se desplazaron para conocer más cerca esta prometedora formación, la noche daba paso al directo de Polisong. Quizá porque era lunes, en Wurlitzer Ballroom cabían ¾ partes más de los presentes, pero esto no obstaculizó el deleite riffs y acordes setenteros de una banda en estado de gracia. Los gallegos apostaron por la caña desde el principio con “White Star”, seguida de “Soul Revolution” y “Electric Girl”, trío de apertura del set y con un público contagiado por el buen rollito y sonidos propios de pioneros como Led Zeppelin o Free en cada una de las canciones que se fueron sucediendo.
El apartado técnico cumplió como se esperaba: el sonido era claro y la puesta en escena adecuada (sobre todo, teniendo en cuenta el reducido espacio que dispone la Wurlitzer y albergando a 4 personas con instrumentos y batería), pese a que la ausencia de luz en uno de los focos del techo dejasen un limitado halo de luz en la parte central del podio de cuerdas, cuya primera línea de batalla relegaba la batería a un segundo plano visual, pero nada de esto empañó ni mucho menos su actuación. La destreza de cada uno de sus integrantes era igualmente apreciable y la complicidad entre ellos era palpable con cada gesto y asociación a las cuerdas.
Las ya conocidas “Way of Love” y “Shake it”, de su anterior trabajo High (2016), calaron especialmente bien entre el respetable, que no se cortaba a la hora de corear los estribillos. Fueron tan contundentes al bombo y las cuerdas, como dulces y melódicos en la voz de las partes más “bluseras”, como la nueva “Darkness and Light”, dejando claro que las baladas también son parte fundamental del género, ofreciendo la cara más tierna y pasional del rock más duro.
Los gallegos afrontaban el último cuarto de canciones con la psicodélica “Space Traveller”, teletransportándonos a otra época más propia de los orígenes de la buena música. Redobles de batería, punteos de acero y cánticos con la garganta en el cielo englobaron el buen ambiente que se respiraba, lejos del denominado peor día de la semana.
Llegaron a la recta final con “Thunderbolt” y “Bodies” con un poquito de rock and roll, pero del bueno, del que te hace levantar el puño y gritas con los ojos cerrados. Riffs pegadizos y solos de guitarra que parecen silbidos de carretera mientras rugen los motores y el polvo sobrevuela el ardiente asfalto, como reza “We’re free playin RNR”, con la que cerraron una noche llena de sensaciones y ganas de que no acabase el Lunes o no empezara la semana.
A todas luces, Polisong es una de esas bandas que se agradece ver en directo, cantar sus canciones en el coche y tener la certeza de que el rock’n’roll nunca morirá con embajadores como los que tenemos en nuestra querida Galicia.
Texto y fotos: Julio Gómez.
Promo: Impulsa-Rock.
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