Sábado 21 de octubre de 2017, 19:00 de la tarde. Se abren las puertas para el Hell’s Kitchen Fest. Fotógrafo y redactora de Concertrial se presentan en la Sala Panorama Five Club de Madrid para disfrutar de una prometedora noche de rock y metal que, en su inicio, se hace esperar media hora más de lo previsto.
A las 20:00 aparecen finalmente Eternal Monday sobre el pequeño escenario de la Panorama. Ante nosotros se presenta un grupo madrileño joven con un estilo punk-rock clásico que nos ofrece un concierto breve pero intenso donde alternan sus propios temas con otros de grandes artistas del género. Así se suceden canciones propias como “Genius” o “Panic attack” con “Song 2” de Blur o “Are you gonna be my girl” de Jet. Las dos primeras, “Genius” y “What you believe in”, sirven de presentación clara y directa de lo que son y lo que tocan. Sin mediar palabra entre una y otra continúan con el espectáculo hasta que, llegada "Song 2", su cantante suelta “esta es la mierda que tocamos, si no te gusta, ahí está la puerta”. La frase resultó ser la perfecta presentación para lo que iba a venir después, una serie de temas con un estilo mestizo entre el punk rock y el grunge.
En “Panic attack” el grupo ya está en su salsa, se les ver divertirse. Llega el primer solo de guitarra y el vocalista se dedica a vacilar al personal haciendo gala de la poca vergüenza que caracteriza a los representantes de un género que les viene como anillo al dedo. La locura del tema recuerda a “Basket case” de Green Day. En “Another cure” cambian a un registro donde se suceden los cambios de ritmo, más del estilo de Blur. Al llegar a este punto, los problemas de retrasos se hacen patentes y les toca cortar, reduciendo a dos canciones más. Terminan con “Monkeys revolution”, su single, un tema que les acerca mucho más al grunge de Nirvana. Definitivamente, su concierto supo a poco. La ventaja es que les podremos ver el próximo 17 de noviembre en la Sala Barracudas con mucha más calma.
Tras una breve espera para cambiar instrumentos y demás, sale a escena la banda barcelonesa Born in Exile. Tal y como empieza, el registro de su vocalista femenina tiene un rollo Arch Enemy, pero pronto los ecos de Alyssa White Glutz o de Angela Gossow dan paso a una voz más versátil. Cris Vega domina el escenario, baila sobre él, busca al público con la mirada y los arrastra a su terreno.
El grupo no sólo vive de su frontwoman, la acompañan músicos que ejecutan perfectamente cada nota, riff o solo que plantean. Coqueteando con cierto frikismo, como al inicio con la sintonía del Inspector Gadget, su actuación mantiene un nivel muy alto, sobre todo en el momento en que el guitarrista principal se lanza con varios solos haciendo tapping, como en “Under the world”. El resto de la banda está a la altura, tanto el bajista, que tiene un peso fundamental en el grupo como el segundo guitarra y el batería. “No end” es un temazo de casi diez minutos que podría ser el emblema de la banda. A pesar de su duración, la ejecución en directo es impecable, más lenta que las anteriores, pero con toques de música árabe que traen a la mente imágenes de la danza del vientre.
Son perfectamente conscientes de lo complicado que es para ellos llegar a un público que le gusta el rock más genérico y agradecen a todos su presencia: “muchas gracias por haber aguantado todo un concierto de metal progresivo, no todo el mundo es capaz”, en palabras de Cris Vega.
Los terceros en aparecer son los componentes de la banda de origen valenciano Wicked Inc., un grupo de metal clásico, con letras en inglés, heredero de Iron Maiden. De hecho, la única versión que tocan es “Devil Horns”, todos los demás temas son propios. En ellos se percibe muy bien la veteranía de los componentes. Los músicos son ex miembros de Exodia y la voz principal, Martí Dória, líder de la banda catalana Döria. Desde luego, la madurez es un grado y la tradición es importante hasta en el metal: guitarras de flecha, agudos de voz casi imposibles y atreviéndose incluso con algún gutural.
Ya desde el principio se les queda corto el escenario, necesitan moverse, acompañar su música con el espacio y con el público. En el tema homónimo de su EP, “Ready to fight”, Martí se baja del escenario para unirse a los asistentes. La ventaja de que no haya cables les permite moverse a sus anchas e interaccionar con un público muy familiar, no sólo porque estuvieran presentes parientes y amigos sino porque, ¿quién no puede considerar familiar un estilo como el suyo? ¿Quién no se siente cómodo cuando un grupo interacciona de esta manera con el público? Entre tema y tema las bromas y cachondeo sobre el escenario se suceden. No es de extrañar, teniendo en cuenta la situación política, que lo de Cataluña salga a relucir con sorna y crítica, sobre todo cuando acaban con “Time to go”, su single dedicado a los gobiernos.
Tras el cambio de formación, Enio Morricone empieza a sonar y el cuarteto de AlterEvo hace su aparición dando la espalda al público. El batería recientemente incorporado Pablo Romero —que se estrena con el grupo tras la marcha de David Ontanaya— abre la actuación con un bombazo. El bajo de Danny Growl se introduce acompañando la batería y apuntando que va a ser clave a lo largo de toda la actuación.
Esta banda madrileña es la única de las cuatro que canta en español en varias ocasiones, aunque no siempre, también tienen temas en inglés lo que da al concierto mucho dinamismo. Se caracterizan por un hard rock clásico influido por los grupos del mismo estilo de los años ochenta pero renovado con graves muy poderosos y letras críticas de las canciones de su último álbum. “Control”, por ejemplo, reprocha la actitud pasiva de la gente ante las actitudes de los poderosos. Aquí la guitarra de Albert Toledano entra con un riff que atrae al público a la rebelión, al igual que en “Corrupt”, dedicada a todos los políticos corruptos. Cualquiera diría que los grupos de esta noche se han puesto de acuerdo pero es que la actualidad manda y, si estás un poco en el mundo, es lo que toca.
En “Save my soul” de nuevo el bajo adquiere especial protagonismo, no sólo por su vibrante sonido sino porque el mástil del instrumento se ilumina con luces. La canción se aleja en temática de la anterior y el ritmo es algo más lento, aunque tras este llega el single “Alone”, del que su vocalista, Alberto Sánchez, lo introduce diciendo ser “muy literal”. Es perfecto para llevarlo de avanzadilla del resto del EP, muy cañero con un ritmo que invita a aprendérselo cuanto antes y cantarlo con ellos.
AlterEvo son clarísimamente conscientes de su versatilidad pero también de lo que quieren hacer, no es raro que se hayan consolidado en la escena musical española y que su carrera siga adelante. Es lo que tiene hacer bien las cosas y rodearse de una buena promotora, como es el caso de Intertour, Darkmiau y RMG, cuyo equipo, dedicación y esfuerzo da siempre en el clavo a la hora de ofrecer la mejor propuesta musical.
Ciertamente, la tónica general de la noche se caracteriza por el virtuosismo de los músicos que tocan, no son aficionados, no son principiantes, son profesionales que buscan labrarse su camino en el complicado panorama musical español, donde el rock, y más el metal, podrían ser considerados aún a día de hoy géneros marginales.
Texto: Mar Rodríguez.
Fotos: Rafa García.
